By | diciembre 14, 2018

Existen -como mínimo- dos formas de integrar la analítica del aprendizaje, por hype o por ad hoc.

Hype

Cuando el río suena, agua lleva, y cuanto antes nos pongamos a remar antes quedaremos en la cola.

El poder marketiniano de ciertas corrientes tecnológicas y pedagógicas mandan un mensaje inconfundible de que en educación hay que «renovarse o morir» (a toda costa). A veces, el hecho de que la tendencia sea incorporar «nuevas» aproximaciones en educación puede ir en detrimento de la calidad educativa si no hay necesidad de ello.

Una historia repetida a lo largo del tiempo puede cambiar comportamientos sociales y por supuesto el objetivo del contexto educativo. Por el mero hecho de incorporar una tecnología o metodología no significa que los resultados académicos vayan a mejorar. Debe existir una necesidad para que esta integración sea realmente efectiva. Por ende, no caigamos en la tentación de utilizar la analítica del aprendizaje como un martillo y todos los problemas los clavos. La analítica del aprendizaje no soluciona todos los problemas educativos, pero sí ofrece una perspectiva decisional en base a datos.

La analítica del aprendizaje es un concepto que está hoy presente en las conversaciones educativas, en blogs, en redes sociales y en el media en general. Además, agrada por sus posibilidades efectivas y de éxito, porque muchas instituciones educativas ya la están usando con resultados muy satisfactorios, porque muchos profesores ya la integran en sus aulas para mejorar el aprendizaje de sus alumnos y porque existe una clara tendencia hacia la incorporación a corto, medio y largo plazo por sus cualidades de mejora educativa.

Como decía al inicio de la entrada, si el río suena, es que agua lleva… pero antes de incorporar debemos preguntarnos si existe alguna situación que merezca dar una oportunidad para incorporar.

Ad hoc

Las necesidades se solucionan con la estrategia tecnológica o metodológica adecuada.

Integrar una tecnología o pedagogía ad hoc, valga la redundancia, es hacerlo por una necesidad en concreto. La analítica del aprendizaje es un ciclo analítico de datos educativos que permite la mejora y optimización del contexto educativo -tutoría, evaluación, seguimiento…-. Somos conscientes que todo es mejorable y que no mejorar sí puede significar un deterioro de la calidad educativa. Por supuesto, todo cambio debe ir acompañado de una evaluación, aspecto integrado y considerado esencial en la analítica del aprendizaje.

Afortunadamente la analítica del aprendizaje nos ofrece distintas oportunidades:

  • Diagnóstica: Nos permite detectar las mejoras y posibles problemas a un nivel granular a conveniencia -recursos, aula, metodologías, pedagogías, institución…-.
  • Mejora: Nos permite abordar los problemas en base a una toma de decisiones con datos, actuar en consecuencia y evaluar el proceso.

Las oportunidades diagnósticas o de mejora dibujan un marco en el que los datos son un fundamento esencial para tomar decisiones analíticas. Por consiguiente, la analítica del aprendizaje ayuda a concretar y a solucionar las necesidades que surjan a lo largo del transcurso educativo en base a datos.

Dar la oportunidad de incorporar la analítica del aprendizaje se hace por necesidad explícita o por conocimiento de margen de mejora. Además, la analítica del aprendizaje empieza el ciclo con la definición de objetivos de mejora. Sin ellos, es como nadar en el mar sin rumbo alguno.

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