Recientemente he leído el libro Gen Wi-Fi: How to make schools relevant for 21st-century learners, de Greg Whitby. Whitby lleva 30 años en educación y sabe de lo que habla. En este libro pretende que reflexionemos sobre el cambio en la escuela necesario para ponerla a la altura de los alumnos. Lo hace hábilmente, con una escritura de lectura fácil, mediante referencias de otros educadores e investigadores que argumentan su posición.
El mundo, dice Whitby, ha avanzado mientras que la escuela se ha enquistado en el pasado. Este libro te va a provocar un replanteamiento de la escuela actual. Hasta incluso va a proponerte cómo hacerlo y con argumentos de peso. La analítica del aprendizaje sin duda alguna es un método que ayudará al cambio, puesto que ayuda a identificar aquello que podemos alterar para mejorar nuestro entorno educativo.
En muchas ocasiones, ya lo he comunicado en otras entradas, el concepto de analítica del aprendizaje se desvirtúa cuando uno pretende medir el aprendizaje. El aprendizaje es algo que no se puede medir cuantitativamente, pero sí se puede medir la forma en la que han aprendido los alumnos, sus acciones, las interacciones entre ellos en entornos virtuales o las interacciones en los recursos, actividades, tareas o tests. La siguiente frase del libro ilustra muy bien el espíritu de medir datos educativos:
Solo porque algo sea difícil de medir (por ejemplo decisiones acerca del rendimiento práctico de los alumnos), no significa que no deba o no pueda ser medido.
Debemos medir y analizar todo aquello que creamos conveniente, aunque sea difícil de hacerlo, siempre desde un punto de vista real, alcanzable y objetivo. La evaluación es un buen lugar para empezar, muy directo con el rol del profesor y dónde los resultados del análisis de datos educativos generan más actuaciones hacia la personalización del aprendizaje.
Whitby destaca en el capítulo de evaluación que hasta ahora hemos evaluado a los alumnos por el contenido y mediante cuestionarios. Reclama que debemos cambiar esta aproximación y empezar a evaluar para el aprendizaje. En el libro destaca tres tipos de evaluación que podemos adoptar como nuevo enfoque de cambio:
- Evaluación de aprendizaje: Proceso que compara lo aprendido con lo enseñado (por ejemplo formación sumativa).
- Evaluación para aprender: Consiste en recibir feedback del actual progreso del aprendizaje.
- Evaluación como aprendizaje: Proceso de auto-evaluación o evaluación por pares.
En todos estos tipos de evaluación la analítica del aprendizaje tiene un papel importantísimo. En cada uno de los procesos de/para/como podremos saber el comportamiento de los alumnos, el esfuerzo y dedicación en cada una de las tareas, la interacción con todos los recursos, la influencia en los foros o las veces que ha intentado un cuestionario o enviado una tarea. Evaluar no solamente es poner nota final a unos tests, productos o soluciones a actividades. La analítica del aprendizaje nos ofrece un valor añadido a la evaluación: conocer el camino de aprendizaje del alumno.
Recomendación de lectura: Gen Wi-Fi: How to make schools relevant for 21st-century learners, de Greg Whitby.