El objetivo de Learning Analytics -analítica del aprendizaje- de mejorar el contexto de aprendizaje se logra mediante el estudio del comportamiento de los estudiantes en entornos de aprendizaje. Learning Analytics se concibe como un ciclo analítico de cinco etapas fundamentales:
- Declaración de mejoras y métricas.
- Recopilación de datos.
- Análisis y visualización.
- Acciones de mejora.
- Evaluación -final y contínua-.
La etapa más importante es la recopilación de datos donde se registran todas las interacciones posibles de los estudiantes en su entorno de aprendizaje, tanto físico como digital. Ya es conocida la vertiente Multimodal Analytics en la que se propone recolectar datos de cualquier aspecto relacionado con el alumno. En esta analítica multimodo se engloba tanto el mundo digital como el mundo real. Se recolectarían tanto las interacciones del alumno en entornos virtuales de aprendizaje –clickstream– como sus emociones, expresiones faciales, pulsaciones, sudoración, posición corporal y otros aspectos del «yo cuantificable».
Sin estos registros, nadie puede extraer tendencias o conclusiones. En consecuencia, sin datos recopilados, el entorno de aprendizaje y los recursos no pueden mejorarse y/o optimizarse. Por lo tanto, se debe habilitar un sistema automatizado de recopilación de datos para facilitar la obtención y almacenamiento de todas las interacciones posibles de los estudiantes. Luego, a través de algoritmos y modelos estadísticos aplicados a los datos recopilados, se podrían conseguir mejoras según rol educativo:
- Los estudiantes podrían mejorar su aprendizaje.
- Los maestros podrían identificar los riesgos de abandonos.
- Los directores podrían detectar oportunidades comerciales.
- Los administradores podrían detectar embudos en la velocidad de los servidores.
- Terceras empresas, como desarrolladores de aplicaciones educativas, podrían medir sus ingresos y adaptar su estrategia comercial.
Ya son las propias instituciones educativas las que están aplicando analítica del aprendizaje para mejorar el contexto educativo. Este incremento viene asociado al uso de la tecnología digital en el aula, que a la vez aumenta la posibilidad de utilizar aplicaciones y plataformas de terceros que recopilan y utilizan datos de los estudiantes. Por lo tanto, el análisis de aprendizaje está ampliamente integrado en el contexto educativo.
Sin embargo, surgen temores -en relación a los datos recopilados- debido a que no está claro:
- Qué leyes son las que amparan durante el proceso de recolección, tratamiento y uso.
- Quién es el propietario de los datos recopilados.
- Quién y cómo puede acceder a transformarlos o usarlos
- Dónde se almacenan los datos.
- Cómo se almacenan los datos en términos de anonimato y seguridad informática.
- Qué intereses están detrás de aquellos que integran el análisis de aprendizaje en sus soluciones tecnológicas para la educación.
Por lo tanto, surgen algunas preocupaciones éticas, de privacidad, legales, técnicas y de seguridad con respecto a los datos recopilados. Estos problemas aumentan la desconfianza general en el uso de análisis de aprendizaje, e incluso pueden echar para atrás estrategias que incorporen aplicaciones de terceros habiendo de desarrollar soluciones ad-hoc en las propias instituciones educativas -siempre y cuando se tenga la capacidad para ello-.
Algunos autores, conscientes de estas preocupaciones ya escribieron una especie de lista de políticas llamada DELICATE para restablecer la confianza en el análisis del aprendizaje. Sin embargo, en términos de recopilación de datos y tecnología, los autores no indican cómo esta lista se puede aplicar con éxito o incluso si existe una tecnología a la que se podría recurrir.
La existencia de un debate en relación a estas cuestiones hace mucho tiempo que está abierto. El desconocimiento de unos se aprovecha para el beneficio de otros. Las leyes reguladoras aseguran unos mínimos pero no resuelven la cuestión fundamental ni aspectos técnicos. En cuanto a leyes internacionales y transferencia de datos entre continentes la cosa se pone más seria, puesto que los acuerdos no regulan el uso que se da de los datos recolectados en el país de destino. Surgen muchas dudas, muchos temores y muchas incógnitas que un único agente no puede resolver.