LACE lanzó un estudio llamado «Visiones del futuro» que ya comenté en las anteriores entradas I y II. De este se desprenden 8 visiones del estado de la analítica del aprendizaje en el 2025:
- Las clases realizan un seguimiento del entorno físico para dar soporte al binomio enseñanza-aprendizaje
- El seguimiento de datos personales dará soporte al aprendizaje
- Las analíticas raramente se utilizan en educación
- Los individuos controlan sus propios datos
- Se adoptan sistemas abiertos de analítica del aprendizaje
- Sistemas de análisis de datos educativos son esenciales para captar la atención de los alumnos
- La mayoría de la enseñanza se delega a los ordenadores
- Las analíticas dan soporte a un aprendizaje autónomo autoguiado
Son 8 puntos que ponen de manifiesto la necesidad de un consenso por parte de las instituciones educativas y gobiernos en cuanto a privacidad y ética en el uso de datos. También se pronostica una captura intensiva de datos. Esta se realizará desde todos los primas posibles —Multimodal Learning Analytics— sin limitarse al almacenamiento de las interacciones en entornos virtuales de aprendizaje.
La captura de datos trascenderá al contexto físico de aula (bolígrafos, tabletas, registro de caras, posturas de estudio…), en el que el «yo cuantificable» tomará un matiz relevante gracias al uso de dispositivos biométricos. Sin haberse citado en el estudio, no sería de extrañar que incluso se lleguen a utilizar datos médicos, resultados de análisis y uso de medicamentos durante los períodos de aprendizaje.
En consecuencia, existirá la necesidad imperiosa de saber explotar, analizar e interpretar resultados de las interacciones almacenadas. Es por esto que en breve se empezará a escuchar el concepto de la alfabetización analítica (Analytics Literacy), como referencia directa a la analítica del aprendizaje.
En este contexto futuro presentado por LACE la alfabetización analítica, o lo que es lo mismo, «la capacidad de comprensión, extracción de patrones y conclusiones mediante el uso de técnicas de análisis de datos», será una brecha a cubrir en todos los ámbitos, en especial en el educativo. Me atrevo a decir que esta necesidad ya es del presente y debe empezarse a trabajar en ella.
Ante la gran cantidad de datos heterogéneos, disponer de los conocimientos para que uno mismo pueda tratarlos será esencial. De la misma manera se podrá entender lo que las diferentes soluciones analíticas ya están proporcionando y que más adelante proporcionarán de una forma más compleja. Por consiguiente, una analfabetización analítica hará perder el dominio a aquellos que deban hacer uso de la analítica del aprendizaje. Hice eco de ello en la entrada «Soluciones algorítmicas: Nuevas editoriales digitales«… ¿qué futuro espera a las instituciones que aportan soluciones analíticas si su posible audiencia no sabe interpretar las visualizaciones aportadas?.
En esta visión analítica del 2025 los alumnos, profesores y directores de entidades educativas (y privadas) van a hacer uso de la analítica del aprendizaje de alguna forma u otra. La alfabetización analítica les aportará respuestas a preguntas como las siguientes:
- ¿Cómo van a saber interpretar los datos o visualizaciones?
- ¿Qué soluciones profesionales deberán implementar?
- ¿Cómo sabrán qué información personal se puede o debe compartir?
- ¿Qué métricas deberán utilizar en la captura de datos?
- ¿En qué momento iniciar la captura de datos?
- ¿Qué gráfico es mejor para mostrar las interacciones?
- ¿Qué fuentes se deben volcar en el análisis?
- ¿Cómo se deben interpretar los resultados de los dispositivos biométricos?
- ¿En qué medida la analítica del aprendizaje será útil en la tutoría, evaluación o aprendizaje?
- …
Es interesante plantearse estas preguntas para conocer la importancia de la alfabetización analítica en nuestra era digital. Seguramente ha llegado el momento de realizar los primeros pasos hacia una Cultura de análisis del aprendizaje, en todos los ámbitos de la educación.